Si
en épocas pasadas el glamour estaba representado por unas pocas castas, hoy
serpentea por todas las profesiones artísticas y en casi todas encuentra
hermosos ejemplares. Esta foto es una buena muestra: actriz, cantante,
diseñador, modelo, rapero. Profesiones intercambiables entre todos –otro ejemplo
de cómo ha cambiado el glamour, que antes era algo muy estanco y
compartimentado–, pero con esa actitud única que confiere el glamour. Está en
la mirada de Riccardo y en la de Kanye, está en la forma de posar de Karolina y
Liya, está en la forma en que Liv Tyler moldea sus labios y en la forma en la
que Florence Welch coloca sus piernas, sus brazos y deja caer su vestido.


Y
eso en esencia es el glamour. Es una palabra que, aunque esté irremediablamente
asociada a fotografías en blanco y negro de mujeres peinadas con ondas y
vestidos largos de noche, se creó para designar a personas con dotes para
escribir y recitar además de epatar por su belleza y elegancia. En definitiva,
personas que fascinan. Como Rooney Mara. Una actriz hasta hace poco más de un año
desconocida y que en unos pocos meses ha ejercido tal fascinación que su huella
estética se percibe en la moda de una forma avasalladora y fascinante.


A
unas horas de los Oscar 2012 y a punto de empezar a escuchar y leer por doquier
esta palabra, hemos preparado una galería de imagénes de las mujeres que lo
encarnan hoy. Hay una bailarina de burlesque, actrices con el pelo tan corto
que es imposible que se les marque ninguna onda, cantantes que encarnan el
espíritu old hollywood en sus vestidos pero que rapean y se definen como
"Nancy Sinatra gangsta" y algunas de espíritu tradicional. Y todas
fascinantes.
El
glamour está unido indefectiblemente a la alfombra roja donde el secreto para
deslumbrar está en establecer una alianza inquebrantable entre una estilista y
su cliente. Así es el poder de las estilistas.


No hay comentarios:
Publicar un comentario